Apología
del desorden.
Esclavo de mi realidad.
Mis brazos inflamables abrazan a la soledad intermitente.
Desoyen cualquier atisbo que no signifique calentarse solos.
Sobrevivo a los ingratos pasos del destino, que se inmiscuyen en mi belicosa
dictadura autodestructiva.
"Tic tac"
"Tic tac"
Se hace de noche.
Duele.
Duele en lo más profundo.
Agujerearme la barriga, coger mis doce metros de tripas con unas pinzas y
esparcirlas por el suelo en esta orgía de miedo, sangre y odio.
Colérico mundo a punto de estallar.
Mi zona de guerra, precintada por mis costillas a franjas rojas y blancas, no
aguanta más.
Sicario de mí mismo, apuntándome en la sien. Voy a dispararme en el Bloc de
Notas.
Protejo a la palabra libertad en un papel en blanco. En este no cabía más
agonía.
Y mientras desato al perro rabioso y hambriento que mantengo dentro, apareces
un instante. Como si quisieras ser calmante en este infructuoso momento de
desquite.
Y de repente, mi sentido de la vergüenza incontrolable se entremezcla con tus
ojos desvergonzadamente incuestionables.
Buen intento, pero ha durado tres milésimas de segundo. Hoy no es día de
colorines.
Suelto al perro.
Corre y muerde el papel.
Babosea y vuelve a morder enloquecidamente, el papel y mis dedos con principio
de Parkinson.
Agoniza el boli.
Pero hoy no lo pienso salvar. Hoy me voy a dejar llevar por la ira sanguinaria
de las pirañas mordisqueando mi reducto de esperanza.
Vuelvo a entrar en el dolor que custodia mi estómago envejecido.
Vuelvo a entrar en mi deriva, acuciosamente, hacia el sol. A mirarlo fijamente
hasta que se desintegren mis ojos ingobernables.
El futuro es un caos desquiciante.
Y yo soy un ninfómano con un ansia desmedida por follarme, una y otra vez, cada
resquicio de mi mente incomprendida.
Un A4 es un lugar pequeño para escribir tanto desastre.
Aquí mandan las letras. Sublevadas e irreverentes todas ellas, han tomado el control. Cuando se mezclan hablan mis tripas, descansan mis temblores y se desgañitan mis contradicciones. Se desnudarán sin censuras, tronarán sus pulsaciones y oscilarán sus biorritmos cambiantes. Ahí están… Agárrate que vienen poniendo las íes sobre los puntos.
17 enero 2021
Apología del desorden
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