04 noviembre 2017

Bandera blanca al suelo



Nos vamos a volver a ver las caras.
Y entonces se acabará la tregua que mantenemos desde el día de los ojos llorosos.
Volveré a mi trinchera de las batallitas perdidas, la bandera blanca caerá un rato, la pisotearemos sin pensarlo, y allí mismo nos dejaremos la piel si osamos rozarnos.
Cuando encendamos nuestros ojos como antorchas en la noche, convirtiéndonos en combustible inflamable.
Esa noche darán igual los días, las horas, minutos y segundos de paz, porque volveremos a ser pasto de nuestras llamas.
La adrenalina tomará nuestros cuerpos incandescentes como el primer día, acelerando peligrosamente nuestro ritmo cardiaco.
Cuando ese momento llegue, nos volveremos a declarar, la guerra y otras cosas, y creo que volveré a dejarte ganar.
Será un chispazo de otros tiempos, un impás en nuestras vidas, donde permitirnos volver a avivar el fuego sin cuidado.
Y luego, seguiremos como si nada, aceptando nuestra guerra fría eterna, como si nunca hubiera pasado y como si nunca fuera a dejar de pasar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario