19 noviembre 2017

Cenicienta de Carabanchel


Ella vivía en un barrio del extrarradio, de esos en los que se pueden ver las fachadas de los edificios llenas de calzoncillos y calcetines agujereados. Su vida pasaba sin más, trabajaba diez horas al día en un bar, le gustaba su barrio, pero evitaba su casa siempre que podía. Odiaba a las gilipollas de sus hermanas y, sobre todo, a su malvada madrastra. Su padre, como si no existiera. Su refugio era un banco en el parque, monopatín y algún porrito, y cuando le tocaba estar en casa se ausentaba con sus cascos rojos (ella es princesa, pero no a todas les gusta el rosa). Su amigo Carlos le ha dejado un CD de Violadores del Verso, nunca había escuchado rap, le encanta como vomitan rimas esos tíos de Zaragoza. Se sabe todas las canciones de Estopa, pero lo que más escucha en casa es ACDC, no le apasiona, pero es en defensa propia, Andy y Lucas suena fuerte en la habitación de la moñas de su hermana.
Quiere huir, gritar, soñar. Incomprendida y fuera de lugar aprovecha cualquier ocasión para escaparse a bailar. No hay hada madrina que aparezca, un Opel Corsa hará de calabaza y carroza hasta el concierto. Hoy toca ser princesa, de cuero y de cerveza. Que no se rompa el cuento, hasta las mejores princesas mean entre dos coches el sábado noche.
Allí salta, grita, suda. Allí es ella. Baila con cincuenta y siente príncipes, incluso uno se toma la licencia de subirle a hombros, casi tocando las puertas de las estrellas con sus uñas sin pintar. No volverá a las doce, nos ha salido rebelde esta princesa. Quizás sea ella quien haga inspección para averiguar qué príncipe entró al Opel Corsa aquella noche. No hay lágrimas ni miedos. Ella hace lo que le da la gana. El hechizo no se fue en ningún momento, como mucho alguna laguna entre las 2:00 y las 3:00 de la mañana. Con las prisas por llegar antes que el gallo cantara, perdió las bragas en el Corsa, pero solo son daños colaterales, los zapatitos de cristal seguían intactos en sus pies del 38. 
Ella es princesa todos los días, porque es de Carabanchel, no de Disney.

Y colorín colorado este cuento se ha transformado...


 
Foto extraída de: http://www.fotolog.com/mi_doppelganger/96236353/#profile_start

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