''Lo
supe desde que se rió con la primera gilipollez compartida.
Lo noté cuando en su radio sintonizó Rock FM.
Y lo sentí muy dentro cuando leí lo que escribía.
El chispazo que te da cuando tocas un enchufe, esa sensación tuve la primera vez que lo rocé.
No debes, no quieres, no lo necesitas, pero lo haces.
Te acercas lentamente sabiendo que algo te va a recorrer todo el cuerpo sin control.
Aquella tarde de cervezas y risas sin pretensión, nos llevó precipitados a una noche de sábanas sin sexo y máxima conexión.
Seguían fluyendo las palabras, los pensamientos, un sube y baja de emociones.
Su mirada me aboca a un estado de confusión y desorden sin sentido ni explicación.
Sabía que no debía, que no quería y que no lo necesitaba, pero me desnudé ante él.
No solo me quité las bragas, también desarmé mi alma.
¿Qué tendrán esos ojos que todo lo observan?
¿Qué tendrán esas manos que todo lo tocan?
¿Y esa mente que todo lo cuestiona?
De repente, puso un muro de hormigón entre nosotros y me noqueó.
Fue una puta descarga eléctrica que me dejó temblando, sin argumentos y con los ojos en blanco.
Después de ese día entendí que nuestra energía no tenía por qué desaparecer, simplemente había cambiado y se estaba transformando en lo que ahora es.
Por eso Belarte, el hombre más sensible, independiente y altruista que conozco, te doy las gracias por haber sido tan auténtico y sincero.
Y mi mayor deseo para ti es que sigan fluyendo las palabras por la tinta de tus dedos, las sonrisas por las comisuras de tus labios y que podamos ver el mundo como tus ojos lo imaginan''
Cristina Fernández
Lo noté cuando en su radio sintonizó Rock FM.
Y lo sentí muy dentro cuando leí lo que escribía.
El chispazo que te da cuando tocas un enchufe, esa sensación tuve la primera vez que lo rocé.
No debes, no quieres, no lo necesitas, pero lo haces.
Te acercas lentamente sabiendo que algo te va a recorrer todo el cuerpo sin control.
Aquella tarde de cervezas y risas sin pretensión, nos llevó precipitados a una noche de sábanas sin sexo y máxima conexión.
Seguían fluyendo las palabras, los pensamientos, un sube y baja de emociones.
Su mirada me aboca a un estado de confusión y desorden sin sentido ni explicación.
Sabía que no debía, que no quería y que no lo necesitaba, pero me desnudé ante él.
No solo me quité las bragas, también desarmé mi alma.
¿Qué tendrán esos ojos que todo lo observan?
¿Qué tendrán esas manos que todo lo tocan?
¿Y esa mente que todo lo cuestiona?
De repente, puso un muro de hormigón entre nosotros y me noqueó.
Fue una puta descarga eléctrica que me dejó temblando, sin argumentos y con los ojos en blanco.
Después de ese día entendí que nuestra energía no tenía por qué desaparecer, simplemente había cambiado y se estaba transformando en lo que ahora es.
Por eso Belarte, el hombre más sensible, independiente y altruista que conozco, te doy las gracias por haber sido tan auténtico y sincero.
Y mi mayor deseo para ti es que sigan fluyendo las palabras por la tinta de tus dedos, las sonrisas por las comisuras de tus labios y que podamos ver el mundo como tus ojos lo imaginan''
Cristina Fernández
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