09 julio 2020

No me atrevo a nombrarte

Como un capítulo de Black Mirror. Inquietante, alucinante, explosivo. La dinamita que podía estallarme entre las manos en cualquier momento.

¿Y qué podía hacer un muggle como yo en el fabuloso universo de la magia? Estaba claro que de la magia te ocuparías tú.

Descubrí que a la ensalada se le podía poner semillas y gulas, que un kilo y medio de Lacasitos pueden transportar millones de planes, que vivimos una invasión de gluten mundial.

Te vi estremecer. Vi tus lágrimas In the Shallow. Y por momentos, tú y yo, estuvimos lejos de la superficie, donde no podían hacernos daño.

Y ahora que Kings of Leon lleva tu nombre encima, no puedo quitarme tu "Sex on Fire" de la cabeza.

Tuve que ir al Himalaya a por una lámpara, y volví de nuevo para arreglarla. Por el camino descubrí que si se derrite es que funciona. Entre ella y nosotros ionizamos, colchones y sábanas, habitaciones y casas enteras, nuestros cuerpos desnudos.

¿Y qué podía hacer yo si no entendía el movimiento de tus alas, ni tu mejor secreto? Contradigo a Leiva. Sí, sí me preocupaba por ti.

Y reconocer que nunca un cuello encajó tan perfectamente en mi brazo.

"Tú y yo, si tú quieres.
Compañeros diferentes.
Y tal vez no te marches nunca más"



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