30 julio 2020

Plantando cara a las telarañas


Es muy difícil asimilarlo.
Pero es así.
Ni estuviste, ni estarás.
Ni siquiera los picores de cara al raspar,
cada quince días.

No había besos.

Y te das cuenta que la sangre no determina nada. Como mucho, en ocasiones, nos confunde.
Pero yo no quería tener la mitad de mis genes muertos para siempre.

Me ha costado años,
unas cuantas terapias
y quilos de amonal acumulados en mi estómago.

Pero aquí estoy,
plantando cara a las telarañas.

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