¡Que se
apaguen todas las luces!
Quiero que me alumbre una oscuridad muy cerrada.
Permitirme escuchar el silencio más ensordecedor
mientras mi corazón retumba como un tambor.
Que se dilaten mis pupilas llenando mis ojos por completo, que se refleje la
luna en ellas, que se estremezca mi piel al rozar el viento.
Saber que el planeta
es una caja fuerte llena de tesoros.
Que cierren la puerta y me abracen,
hoy son las estrellas
las que se quedan a dormir conmigo.
Extirparme la monotonía aunque sea un rato.
Huir del mundo que hemos creado,
para volver al mundo
del que nunca debimos salir.
Aquí mandan las letras. Sublevadas e irreverentes todas ellas, han tomado el control. Cuando se mezclan hablan mis tripas, descansan mis temblores y se desgañitan mis contradicciones. Se desnudarán sin censuras, tronarán sus pulsaciones y oscilarán sus biorritmos cambiantes. Ahí están… Agárrate que vienen poniendo las íes sobre los puntos.
07 agosto 2020
Volver al mundo del que nunca debimos salir
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