02 abril 2020

Acuarelas clandestinas


Nos abandonaron las líneas turquesas.
Se fueron sin despedirse esas infinitas formas blancas, junto a su pomposidad imaginaria al tacto.
Tan solo dejaron nublada nuestra vista cansada y de poco alcance.
Queda confuso el horizonte entre tanto alboroto, los gritos de la gente y el rechinar de dientes.
Achinamos los ojos intensamente para tratar de ver un poquito más allá. Necesitamos ver, lo que sea, aunque duela la vista, y con ella, nuestra cabeza desquiciada.
Abrimos las ventanas y solo vemos odio, ruido, oscuridad, ira, Instagram, Facebook...
No podemos permitirnos aniquilar la vida para vivir de imágenes ficticias.
Y con esa premisa observamos cómo se nos alejan las olas y su resonar continuo, el cual conseguía descansar nuestro alma castigada.
La mezcla de colores es vital, pero ahora, ahora el mundo se nos ha descolorido hacia un gris triste y desolado.
Por ello, más que nunca, necesitamos unas acuarelas, y el valor para pintar clandestinamente, y así recuperar el verde, el azul, e incluso las líneas turquesas que hemos perdido entre tanto caos.

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