28 junio 2020

Las birras fabricando versos




''Lo supe desde que se rió con la primera gilipollez compartida.
Lo noté cuando en su radio sintonizó Rock FM.
Y lo sentí muy dentro cuando leí lo que escribía.

El chispazo que te da cuando tocas un enchufe, esa sensación tuve la primera vez que lo rocé.
No debes, no quieres, no lo necesitas, pero lo haces.
Te acercas lentamente sabiendo que algo te va a recorrer todo el cuerpo sin control.

Aquella tarde de cervezas y risas sin pretensión, nos llevó precipitados a una noche de sábanas sin sexo y máxima conexión.

Seguían fluyendo las palabras, los pensamientos, un sube y baja de emociones.
Su mirada me aboca a un estado de confusión y desorden sin sentido ni explicación.

Sabía que no debía, que no quería y que no lo necesitaba, pero me desnudé ante él.
No solo me quité las bragas, también desarmé mi alma.

¿Qué tendrán esos ojos que todo lo observan?
¿Qué tendrán esas manos que todo lo tocan?
¿Y esa mente que todo lo cuestiona?

De repente, puso un muro de hormigón entre nosotros y me noqueó.
Fue una puta descarga eléctrica que me dejó temblando, sin argumentos y con los ojos en blanco.

Después de ese día entendí que nuestra energía no tenía por qué desaparecer, simplemente había cambiado y se estaba transformando en lo que ahora es.

Por eso Belarte, el hombre más sensible, independiente y altruista que conozco, te doy las gracias por haber sido tan auténtico y sincero.

Y mi mayor deseo para ti es que sigan fluyendo las palabras por la tinta de tus dedos, las sonrisas por las comisuras de tus labios y que podamos ver el mundo como tus ojos lo imaginan''


Cristina Fernández

27 junio 2020

M&M's vs Lacasitos



Tú tan con ganas de morderme y yo tan con ganas de tus bocados.

Tú y yo tan tener el control, tú y yo tan descontrolados si estamos cerca.

Tú tan tapada y yo tan pies fríos.

Tú tan no y yo tan sí, y viceversa.

Tú tan mirarme de reojo y yo tan aguantarte la mirada.

Tú tan "quédate" y yo tan "me quedo"

Tú tan M&Ms y yo tan Lacasitos...


24 junio 2020

Volví conmigo

Volví conmigo. Y es que andaba un tiempo esperándome.

Me encontré dejado y perdido, con las barbas largas y la piel escocida. Así es como se encuentra uno cuando se ha dejado atrás, cuando se olvida.

Me necesitaba, pero yo estaba en otras cosas. Entretenido a codazos con mis angustias, degustando mi amargura innata, mi sinsabor especial.

Abandonado, me enfadé conmigo mismo, pues no era la primera vez que me iba, que me traicionaba. No era la primera vez que jugaba con fuego y me quemaba. No era la primera vez que me lanzaba a la hoguera para arder, conscientemente.

Pero como los buenos amigos, sabía que al volver, estaría. No soy perfecto, ni hay que serlo. Y después de una mirada al espejo de ''estás gilipollas o qué te pasa", me abracé, me abracé tan fuerte que acabé de fracturarme los pocos huesos que me quedaban firmes.

Quise solucionar rápido mi mente desfigurada. Puse en sintonía mi cuerpo y mi alma y centré el tiro de mis necesidades, mentales y corporales.

Tenía cierta prisa, pues nunca se sabe el momento en el que volverás a desaparecer, el momento en el que te echarás de menos, y comenzarás de nuevo a buscarte entre un sinfín de cosas inservibles.

Me iré, seguro, pero volveré a arreglarme como ahora. Con orgullo, volveré conmigo.

21 junio 2020

Un domingo en mi tripa



Viene a mí ese momento que convertí en fatalidad.

Vuelta a casa un domingo lluvioso, Luz Casal suena críticamente en el casete de un Renault 21, "yo juego a que te creas que me importa", pero no, yo no sé manejarme en las distancias cortas.
Todavía no tengo hechos los deberes, y en mi estómago ya resonaban campanas con toque de arrebato, de manera demasiado frecuente.

Todo era gris. Y a veces me costaba comer, y dormir, y gritar.
Hubiera deseado esconderme debajo de la cama y no ser visto nunca.

En cambio, me acostumbré a vivir con la inocencia de un niño que prefería ser hormiga.


19 junio 2020

Ella siempre sonríe


Ella siempre sonríe.
Incluso por encima de una mascarilla quirúrgica.
Y es que tiene el don de sonreír también con sus ojos mordientes.

Ella es un gigante en un cuerpecito de llavero.
Y vive con las ganas de un mar que aspira a océano.
Es una vacuna inesperada para tiempos de fuego y alaridos.

Una cerveza tras una pantalla, que quiso ser abrazo y se ha convertido en una conexión inexplicablemente sencilla, sin cables, con un wifi de miradas y el USB de nuestros dedos.

La nobleza e infinita alegría en un mundo ausente.