Hace un
día horrible para ti y precioso para tu miedo agazapado. Ese que, aunque no
quieras, mantienes enjaulado en las costillas.
A veces sale, atraído por ese olor que dejan tus ojos tristes, apoderándose completamente de ti, destruyendo la calma, la tranquilidad, la paciencia, pero, sobre todo, arrasando con tu risa.
Y en ese momento, poco puede hacer tu orgullo desgarrado, tan solo defenderse como gato panza arriba. Pero a ti, hace tiempo, te arrancaron las uñas y limaron todos tus dientes, y sólo te queda garrear con tus muñecas transparentes.
Y así pasan los días y los meses, viviendo en defensa propia, defendiéndote de ti misma. O mejor dicho, de lo que un día te obligaron a crearte dentro, y todavía no has podido desterrar.
[Sigue luchando. A valiente, no te gana nadie]
A veces sale, atraído por ese olor que dejan tus ojos tristes, apoderándose completamente de ti, destruyendo la calma, la tranquilidad, la paciencia, pero, sobre todo, arrasando con tu risa.
Y en ese momento, poco puede hacer tu orgullo desgarrado, tan solo defenderse como gato panza arriba. Pero a ti, hace tiempo, te arrancaron las uñas y limaron todos tus dientes, y sólo te queda garrear con tus muñecas transparentes.
Y así pasan los días y los meses, viviendo en defensa propia, defendiéndote de ti misma. O mejor dicho, de lo que un día te obligaron a crearte dentro, y todavía no has podido desterrar.
[Sigue luchando. A valiente, no te gana nadie]
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