Estoy tranquilo. Viviendo en aquí y ahora.
Mientras
trato de dejar la mente en blanco, me escribo. Algo triste, algo bonito, algo, lo
que hoy le salga a este lápiz sin punta.
Me
encuentro bien, respiración serena y párpados cada vez más cerrados, como si
quisieran venirse conmigo a mi privilegiada isla caribeña particular.
Hasta
mis pies descansan uno sobre el otro sin su inseparable tic nervioso. Hasta mi
corazón se ha tomado un respiro bajándose las pulsaciones. Y digo yo, ya está
bien de que lo que siempre se baje sean los pantalones.
Si
cierro los ojos un segundo, me duermo, si dejo de apretar el lápiz con los
dedos, me duermo. Y es que, nunca un chute de heroína en verso fue tan puro.
Generador
de momentos tila. Inestimable colaborador del "aquí todo es posible".
Sigue
masturbándome el cuerpo y el cerebro, por favor.
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