Aquí mandan las letras. Sublevadas e irreverentes todas ellas, han tomado el control. Cuando se mezclan hablan mis tripas, descansan mis temblores y se desgañitan mis contradicciones. Se desnudarán sin censuras, tronarán sus pulsaciones y oscilarán sus biorritmos cambiantes. Ahí están… Agárrate que vienen poniendo las íes sobre los puntos.
15 octubre 2019
Que nos salven las cervezas
Vivimos sumergidos en un Google Calendar repleto de tareas de mierda, y nos morimos por bucear veinte minutos en una jarra de cerveza.
Engullimos la semana hasta vomitar el viernes. Y es que no sienta bien comer pesticidas y respirar alquitrán.
No podemos quejarnos, pues tenemos todo lo que necesitamos, cuatro semanas al año de vacaciones pagadas.
Tenemos sobrebombardeo de información y no sabemos qué hacer con ella, si administrarla como podamos o pegarnos un tiro en la sien.
Nuestra vida vale lo mismo que la de un perro husmeando en un contenedor o la de un negro de crucero por el Mediterráneo. Simplemente tuvimos más suerte, o el beneplácito de algún Dios juguetón.
Vivimos para que una Voll-Damm separe nuestros ojos y los nuble dentro de un rato.
Se nos jode el día cuando llueve, cuando hay tráfico, cuando hace frío. Y la garganta se nos enrosca temiendo quedarnos, el día menos pensado, sin los grilletes.
Tememos la libertad porque nadie nos enseñó a usarla.
Yo, por si acaso, me pediría otra cerveza.
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