21 abril 2017

Flechas Verdes



Sus ojos verdes atacaron por sorpresa. 
Ella plantó bandera blanca sin pensarlo. 
Dulce rendición le dijo con su sonrisa. 
Los dos tenían bien marcadas las cicatrices del pecho, heridas de guerras pasadas. 
Olvidadas en el instante en el que sus miradas lanzaron ráfagas de flechas cruzadas. 
No importaba nada. 
Estaban rodeados de gente y a la vez no existía nadie. 
Ni siquiera hubo tiempo de pensar en los daños colaterales. 
Solo había cuatro ojos y dos sonrisas que gritaban:

¡conquista mi ciudad sin piedad!



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