Un deseo en
las estrellas,
Eclipse de sonrisas
El sol y la luna siguieron saliendo igual.
Mil demonios se acercaron susurrando a la primavera.
Se acabaron los timbales.
Se fundió
la música del mundo.
El único sonido era el de los pájaros y el viento.
Necesitaba descansar.
Necesitaba paz.
Arrancar el vértigo que me provocaba asomarme a la inmensidad del universo.
Ya no volverá.
El insomnio se me ha incrustado entre los huesos.
Cerrar los ojos fuerte.
El recuerdo lo envuelve todo.
Esnifar lo que quería que fuera y se me quite el hambre.
Me diste un rato de ilusión, pero a las doce había toque de queda.
Me maté a mí mismo para volverme a fabricar con barro. Me pinté de colores que
no sabía que existían.
Liberar para siempre los estímulos anquilosados en mi inquisitoria mente
asesina de mis sueños.
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