12 febrero 2021

En la clandestinidad de mi inquietante hogar

En ocasiones, en medio del silencio y la oscuridad que reina por la noche, miro al cielo.

En él hallo la serenidad que no encuentro aquí abajo. La sinceridad descrita por millones de minúsculos puntitos brillantes. Y sueño, con tremenda terquedad, engañar a la gravedad, y flotar, como una burbuja, hasta la galaxia más lejana.

Es allí donde me esperan las brujas incomprendidas abrasadas en las llamas,

donde ríen descuidados los demonios vilipendiados durante siglos,
donde aguardan los suspiros que mantienen viva la eternidad,
donde David Bowie viajaba, de vez en cuando, y le marcaban la cara con un rayo.

Allí, donde nadie puede hacerme daño, donde sentirme cómodo, sin miedos, en la clandestinidad de mi inquietante hogar.

Allí, en la profundidad del negro que pinta por completo el cielo, es adonde ansía llegar mi alma liberada, la que vive, la que siente, la que llora y huye para encontrarse en armonía.

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