Nos fuimos
juntos a vivir a Ciudad Jara y, allí, donde la gente comparte piso, nosotros
compartimos vulnerabilidades.
Vendimos todos nuestros bienes en Wallapop para comprar lo único que nos
faltaba en la vida, un tobogán.
Mientras tanto, Suu nos canta acompañada de su guitarra, nosotros nos tomamos
una birra y debatimos sobre lo que vamos a ser de mayores, lo que no está a
nuestro alcance, el universo, las estrellas, lo que nos conmueve y nos duele,
las pasiones y debilidades que nos atraviesan la tripa. Y en medio de tanta
magia, unas papas, unas olivas y un rayo de sol interrumpiendo entre los dos.
Las conversaciones interminables contigo se han hecho tremendamente cortas. Y
la sensación de querer aprovecharlas a contrarreloj me pone muy nervioso.
Mientras tanto, arriba, las conexiones de mi cerebro me sacuden con sus
chispazos repentinos.
Terapia gratis.
Y tú, diagnosticando mis síndromes.
Inventarnos un lenguaje a base de gruñiditos y sonidos de Neandertales.
Empujarnos a vivir un ratito aislados, en cualquier lugar donde haya tierra,
árboles, cielos limpios, silencio y amaneceres que quiten el hipo.
Me caes un poco bien.
Te paso un podcast.
Mira, mi lista de valores.
¿Sabías que temporalmente el Tiranosaurio está más cerca de nosotros que del
Estegosaurio?
Un capítulo de Sex Education.
"Hacer un Otis".
Crear un mundo.
Querernos un poquito.
Aprender a querer bien.
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