22 abril 2021

Aplazando la vida un rato

Nos encontramos (otra vez) en medio del incendio. Las llamas nos rodeaban y devoraban el mundo entero.

Busqué tus ojos descaradamente para que me dieran el permiso que ya nos habíamos otorgado con la mente.

No había mascarilla que ocultase lo que ansiaban nuestros labios.

Y las manos, esas que todo lo desean tocar, haciendo fuerza con los dedos para que se mantengan quietas. Un absoluto fracaso.

Y así, para bien y para mal, conseguimos aplazar la vida un poco. Olvidarnos de sus prisas y agobios. De los garabatos que dibujan los bordes de nuestros días.

Un sí, pero no.

Una historia mal contada, que nadie entenderá, pero tampoco es necesario. Un desastre maravilloso.

"ojalá encuentres alguien que te mire como yo lo hago"

Si eso no es grande, no me imagino qué puede serlo.

 

20 abril 2021

El rugido del mar

Hay noches en las que necesito un abrazo.
Pero lo único que hallo es un vacío, un silencio que se acurruca entre las sábanas y me acaricia el pelo.
Busco, busco con humildad algún parche que deshaga ese mono que recorre mi piel y la convierte en papel.
Sólo hoy.
Una vez más.
Ando de aquí para allá, con la prisa nerviosa del que no puede ir a ningún lado.
Abro una ventana y descubro lo más parecido a un abrazo que he encontrado hoy. Es el rugido del mar a setecientos metros. Golpeando en mis oídos como si fueran las rocas del dique, invadiendo ese silencio traidor que me corrompía.
Restaurando mis sentidos.
Renovando el tiempo.
Justo lo que hacen los abrazos que tanto echo de menos.