Aquí mandan las letras. Sublevadas e irreverentes todas ellas, han tomado el control. Cuando se mezclan hablan mis tripas, descansan mis temblores y se desgañitan mis contradicciones. Se desnudarán sin censuras, tronarán sus pulsaciones y oscilarán sus biorritmos cambiantes. Ahí están… Agárrate que vienen poniendo las íes sobre los puntos.
28 julio 2019
Me necesitaba
Sí, me necesitaba.
Necesitaba escuchar mis silencios, el grito de auxilio de mi estómago, el aire removiendo mis pelos del brazo.
Me necesitaba más que nunca y no estuve. Estuve para todo el mundo. Estuve para el trabajo, estuve para pagar la casa y estuve para pagar el coche. Pero para mí, no estuve. Me había dejado a un lado.
Necesitaba mis cosas, el verde y el azul, disfrutar del silencio y del aburrimiento. Necesitaba no poder dormir, necesitaba entender mi cuerpo y hacerle caso. Necesitaba tantas cosas y me las prohibí tanto tiempo, que yo mismo inicié la revuelta contra mí.
Asumirlo, enfadarme conmigo y querer echar la puerta abajo, fue duro, pero más lo fue reencontrarme conmigo y no reconocerme. Mirarme al espejo y sentir un miedo aterrador, hablar y no escuchar nada, tocar y sentir solamente frío.
No, ese no soy yo
Sí, sí lo eres.
Volver atrás cuando te has equivocado suele ser lo más sensato. Equivocarte es normal. Seguir si ya eres consciente de la equivocación es de completos gilipollas.
Me necesitaba más que a nada ni nadie, y nadie me necesitaba más que yo.
Pero no, no estuve.
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