Aquí mandan las letras. Sublevadas e irreverentes todas ellas, han tomado el control. Cuando se mezclan hablan mis tripas, descansan mis temblores y se desgañitan mis contradicciones. Se desnudarán sin censuras, tronarán sus pulsaciones y oscilarán sus biorritmos cambiantes. Ahí están… Agárrate que vienen poniendo las íes sobre los puntos.
28 julio 2019
Me necesitaba
Sí, me necesitaba.
Necesitaba escuchar mis silencios, el grito de auxilio de mi estómago, el aire removiendo mis pelos del brazo.
Me necesitaba más que nunca y no estuve. Estuve para todo el mundo. Estuve para el trabajo, estuve para pagar la casa y estuve para pagar el coche. Pero para mí, no estuve. Me había dejado a un lado.
Necesitaba mis cosas, el verde y el azul, disfrutar del silencio y del aburrimiento. Necesitaba no poder dormir, necesitaba entender mi cuerpo y hacerle caso. Necesitaba tantas cosas y me las prohibí tanto tiempo, que yo mismo inicié la revuelta contra mí.
Asumirlo, enfadarme conmigo y querer echar la puerta abajo, fue duro, pero más lo fue reencontrarme conmigo y no reconocerme. Mirarme al espejo y sentir un miedo aterrador, hablar y no escuchar nada, tocar y sentir solamente frío.
No, ese no soy yo
Sí, sí lo eres.
Volver atrás cuando te has equivocado suele ser lo más sensato. Equivocarte es normal. Seguir si ya eres consciente de la equivocación es de completos gilipollas.
Me necesitaba más que a nada ni nadie, y nadie me necesitaba más que yo.
Pero no, no estuve.
19 julio 2019
Querido texto bastardo
Aquí
me encuentro, escondido en mi pequeña isla de libertad. Y no tengo ni idea de
qué cojones escribir. Y al escribir cojones, el corrector sustituye a cojines,
que queda más suave y sutil. Me ha salido sensible el diccionario del teclado
del móvil, y yo no quisiera herirle más... Y en esta nota, que quedará en el
olvido, invierto mi tiempo del descuento, los minutos finales, los basurilla, y
no sé muy bien por qué. Aun así, ha tenido suerte esta mierda de texto, pudiendo
ser papel sucio, con tachones y una letra propia de un niño de 7 años, quedará
olvidada, pero con la cabeza bien alta, entre la lista de la compra y una nota
de 'cosas importantes para este año'.
¿Qué clase de gilipollas escribe esas mierdas? En fin...
¿Qué clase de gilipollas escribe esas mierdas? En fin...
Bueno, tampoco vamos a dramatizar, tú serás uno más, pero valoro mucho mi tiempo y se lo estoy quitando a dormir para dártelo explícitamente a ti, a costa de mis ojeras. Ellas quizás no lo lleven tan bien. No me lo cuentan, callan, lo llevan con dignidad, pero, ¿te digo un secreto? Me parece que se ponen celosas de ti. Y mis ojos lo confirman cerrándose durante dos segundos, los justos para que me dé cuenta que tengo que abandonarte
Hasta mañana, o hasta nunca, querido texto bastardo.
17 julio 2019
Eres como escribir
En
ocasiones,
escribir es como acariciarme la cabeza
y sentir que me sobra el resto del mundo.
En otras,
en cambio,
es como cortarme la garganta,
dejar de respirar
y cerrar los ojos.
Escribir es,
más o menos,
como eres tú.
escribir es como acariciarme la cabeza
y sentir que me sobra el resto del mundo.
En otras,
en cambio,
es como cortarme la garganta,
dejar de respirar
y cerrar los ojos.
Escribir es,
más o menos,
como eres tú.
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