Cuando
mi nariz y tu nariz se tocan, cuando nuestros labios se encuentran a escasos
centímetros, mi mano tiembla y no sabe dónde meterse para no meterse dentro de
tu pantalón, cuando mis ojos se encasquillan dentro de los tuyos, cuando
nuestros dedos se enredan y mi corazón se acelera. Ese momento...
En ese momento me sobra el mundo, y yo me alejo de él conforme me acerco a ti.
Y concienzudamente quiero seguir viajando, alejando kilómetros y kilómetros los
pies del suelo, dejando la mente en blanco, el cuerpo sin destino, el alma sin
miedo y la pasión...
la pasión sin frenos...
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