Existen hormiguitas con el alma inquieta. Pequeños seres aparentemente insignificantes, pero que en realidad son gigantes, tan minúsculos a simple vista y tan magistralmente avanzados en vivir.
Se
trata de hormiguitas con las antenas siempre atentas, capaces de detectar a
otras hormiguitas en su mismo estado, capaces de transformar a otras
hormiguitas decaídas en seres sobrenaturales. Son la misma especie, hijas de la
misma hormiga reina, pero hablando diferente idioma, percibiendo el mundo de
manera completamente distinta.
Estas
hormiguitas son las que rompen las filas volviendo locas al resto de sus
compañeras, las que no se conforman con buscar en verano para sobrevivir en
invierno, las que pueden levantar 10 veces su peso y, además, son capaces de
levantarse las veces que haga falta cuando el peso aplasta por dentro, o
simplemente cuando el peso es un vacío.
Estas
hormiguitas aman su hormiguero, pero tienen la necesidad de escapar de él, a
estas hormiguitas se les queda pequeña su casa de recovecos inaccesibles y su
rutinaria vida de buscar migajas. Ellas nunca están solas, porque saben estar
con ellas mismas.
Estas
hormiguitas no comprenden por qué al nacer decidieron por ellas si eran soldado
u obrera, si son expertas en guiarse solas, ellas pueden ser pájaro si les da
la gana. Estas hormiguitas tienen un gen extraño, son casos paranormales que
iluminan, son la revuelta de su hormiguero, la revolución en su forma de
concebir el mundo y vivirlo a quemarropa. Estas hormiguitas son tigres de
Bengala en majestuosidad y lobos solitarios en su casa bajo tierra, son la
excepción que confirma la regla, la rebeldía y el anarquismo en su sociedad
cuadriculada. Son una bandera negra con calavera, un punto de diversión dentro
de tanto orden, la búsqueda interminable, la curva que desvía la línea recta. Estas
hormiguitas son insaciables buscando momentos inolvidables, con inquietudes
extravagantes y sueños marcados a fuego en su cabezota.
A estas
hormiguitas no se les puede pisar, son especiales, están en peligro de
extinción, hay que cuidarlas.
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