12 febrero 2022

Calmar el desastre

Todo va tremendamente rápido.

Y eso a mi mente acostumbrada a cruzar el universo a la velocidad de la luz le pone de los nervios.

Subido en el Halcón Milenario, me contraigo de pies y manos, me deshago en el café y muero en el atardecer que se me escapa.

Tan sólo quería reducir algunas pulsaciones del "toc-toc" que emite mi yugular.

Transformar el gélido aliento que queda en mis adentros en algo que tenga varios colores cálidos.
Pintar contraste,
Calmar el desastre.

Escuchar la nada.
Que se abra el cielo.
Que me reviente el alma.

Hacer de la soledad mi templo.
Tan sólo quería ser y estar,
ver la vida a lo lejos
sin que me atropelle el tiempo.


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