17 junio 2018

Hormiguitas inquietas




Existen hormiguitas con el alma inquieta. Pequeños seres aparentemente insignificantes, pero que en realidad son gigantes, tan minúsculos a simple vista y tan magistralmente avanzados en vivir.

Se trata de hormiguitas con las antenas siempre atentas, capaces de detectar a otras hormiguitas en su mismo estado, capaces de transformar a otras hormiguitas decaídas en seres sobrenaturales. Son la misma especie, hijas de la misma hormiga reina, pero hablando diferente idioma, percibiendo el mundo de manera completamente distinta.

Estas hormiguitas son las que rompen las filas volviendo locas al resto de sus compañeras, las que no se conforman con buscar en verano para sobrevivir en invierno, las que pueden levantar 10 veces su peso y, además, son capaces de levantarse las veces que haga falta cuando el peso aplasta por dentro, o simplemente cuando el peso es un vacío.

Estas hormiguitas aman su hormiguero, pero tienen la necesidad de escapar de él, a estas hormiguitas se les queda pequeña su casa de recovecos inaccesibles y su rutinaria vida de buscar migajas. Ellas nunca están solas, porque saben estar con ellas mismas.

Estas hormiguitas no comprenden por qué al nacer decidieron por ellas si eran soldado u obrera, si son expertas en guiarse solas, ellas pueden ser pájaro si les da la gana. Estas hormiguitas tienen un gen extraño, son casos paranormales que iluminan, son la revuelta de su hormiguero, la revolución en su forma de concebir el mundo y vivirlo a quemarropa. Estas hormiguitas son tigres de Bengala en majestuosidad y lobos solitarios en su casa bajo tierra, son la excepción que confirma la regla, la rebeldía y el anarquismo en su sociedad cuadriculada. Son una bandera negra con calavera, un punto de diversión dentro de tanto orden, la búsqueda interminable, la curva que desvía la línea recta. Estas hormiguitas son insaciables buscando momentos inolvidables, con inquietudes extravagantes y sueños marcados a fuego en su cabezota.

A estas hormiguitas no se les puede pisar, son especiales, están en peligro de extinción, hay que cuidarlas.

07 junio 2018

Sin frenos

Cuando mi nariz y tu nariz se tocan, cuando nuestros labios se encuentran a escasos centímetros, mi mano tiembla y no sabe dónde meterse para no meterse dentro de tu pantalón, cuando mis ojos se encasquillan dentro de los tuyos, cuando nuestros dedos se enredan y mi corazón se acelera. Ese momento... 

En ese momento me sobra el mundo, y yo me alejo de él conforme me acerco a ti. Y concienzudamente quiero seguir viajando, alejando kilómetros y kilómetros los pies del suelo, dejando la mente en blanco, el cuerpo sin destino, el alma sin miedo y la pasión...
la pasión sin frenos...