Me decían
que tenía que olvidarme de ti.
Pero yo era incapaz de entender eso.
¿Olvidarme de las cosas bonitas que he vivido?
Me sonaba un poco raro.
Lo de flashearme como en Men In Black para borrarte de mi memoria no lo veía
claro.
Quizás era cabezonería, quizás masoquismo, quizás todavía te tenía atravesada
en la tráquea y, claro, cuando no respiras bien, tampoco se piensa con
claridad.
No lo sé.
Lo que tenía claro era que no quería olvidarme de ti.
Que solo era cuestión de tiempo, aprender a quererte de otra forma, no
necesitarte, no imaginarte en mi vida como eras antes. En definitiva, llevar tu
imagen a otros lugares de mi pensamiento.
Pero, ¿olvidarte?
No.
Los recuerdos bonitos, como los paisajes, bien ordenaditos en los archivos de
mi memoria.