30 agosto 2017

Valentía de mentira



Vuelvo a coger el lápiz,
como si de un acto de valentía se tratara,
aunque, más bien, podría ser puro masoquismo.

Me siento como cuando veía tu moño alejarse entre la multitud,
pero ahora no hay nadie,
solo tú, dejándome atrás.
Ni siquiera existe esa sonrisa cómplice al girarte,
que me tranquilice.
Nada.

Y aquí me encuentro,
contándole mis miserias a esta libreta de papel reciclado,
hablando de tú a tú,
de basurilla a basurilla.

Se me apaga la estrella
y me recorre un escalofrío de cuello a rabadilla,
que me advierte que,
sin darme cuenta,
las noches
se han convertido en eternidad
y los días
en un completo sinsentido.